martes, 11 de septiembre de 2012

PLAN B



Las evidencias que demuestra la conspiración detrás del 11-S (9/11) son bastante más abrumadoras que las que respaldan la versión oficial. Preguntas tan simples como ¿por qué se cayó un edificio de 47 pisos de acero y hormigón sin que le impactara ningún avión?, ¿cómo pudo aparecer entre los escombros de las torres, el pasaporte intacto de uno de los terroristas que iba en uno de los aviones estrellados?, ¿por qué hay tantos testigos que escucharon detonaciones en pisos inferiores?, ¿por qué casi no quedaron rastros de los aviones estrellados en El Pentágono y en una zona rural de Pensilvania?, ¿por qué no sacaron rápidamente a George W. Bush de la escuela y lo pusieron a salvo en algún bunker cuando se conoció el impacto de los aviones?, ¿por qué no hubo respuesta militar contra los aviones secuestrados, siendo que nunca en su historia el N.O.R.A.D. había fallado en la intercepción de vuelos comerciales que se habían alejado de su ruta?, ¿por qué nunca se ha querido investigar a fondo el origen del dinero que se utilizó para financiar los atentados?, ¿por qué muchas de las columnas de las Torres Gemelas estaban cortadas en diagonal si se supone que cedieron ante el peso?.... y así las preguntas suman y siguen, sin que haya una respuesta clara por parte del gobierno de los Estados Unidos de América. Para quien haya estudiado los datos, lo difícil de creer es la versión oficial. (ver más datos  aquí)

Han pasado 11 años sin justicia ni respuestas y los verdaderos asesinos de miles de inocentes siguen paseándose impunemente entre nosotros.  Y al parecer, desgraciadamente, lo seguirán haciendo hasta el fin de sus días. Para nadie sería una novedad, ya que la mayoría de los dictadores de este planeta terminan sus días tranquilos en sus casas. No fue la excepción para el autor del 11-S chileno, el dictador Augusto Pinochet que murió de viejo, en su casa rodeado por sus familiares, ni será la excepción para los criminales del 11-S norteamericano.
Las consecuencias de ambos 11-S repercuten hasta nuestros días y lo seguirán haciendo por mucho tiempo. Ya no podemos hacer nada para cambiar lo ocurrido en esos terribles eventos, ni devolver la vida a los miles que han muerto en manos de estos mismos asesinos después. Pero si podemos evitar que vuelva a ocurrir.

Estoy seguro de que habían más operaciones de “bandera falsa” preparadas después del 11-M en Madrid y del 7-J en Londres. Y si no ocurrieron, fue porque una gran parte de la población del mundo se remeció despertando de su letargo, informándose, dudando de las versiones oficiales, buscando y exigiendo respuestas, y el gobierno en la oscuridad se dio cuenta de que no iba a ser tan fácil ser los dueños del mundo. Tenían un plan, querían lograr un nuevo orden mundial en donde existiera un único gobierno supranacional, una religión y una moneda… y por supuesto todo controlado por ellos. La comunidad Europea era el inicio, luego vendría un bloque americano, asiático y finalmente un solo gran estado. Pero no lograron poner al mundo a sus pies. Nos subestimaron, no nos tragamos sus fantasías y sus planes se vinieron abajo. Según esto, se podría decir que los vencimos, pero no es así. Solo echamos abajo el plan “A”…