Las evidencias que demuestra la conspiración detrás del 11-S
(9/11) son bastante más abrumadoras que las que respaldan la versión oficial.
Preguntas tan simples como ¿por qué se cayó un edificio de 47 pisos de acero y
hormigón sin que le impactara ningún avión?, ¿cómo pudo aparecer entre los
escombros de las torres, el pasaporte intacto de uno de los terroristas que iba
en uno de los aviones estrellados?, ¿por qué hay tantos testigos que escucharon
detonaciones en pisos inferiores?, ¿por qué casi no quedaron rastros de los
aviones estrellados en El Pentágono y en una zona rural de Pensilvania?, ¿por
qué no sacaron rápidamente a George W. Bush de la escuela y lo pusieron a salvo
en algún bunker cuando se conoció el impacto de los aviones?, ¿por qué no hubo respuesta
militar contra los aviones secuestrados, siendo que nunca en su historia el
N.O.R.A.D. había fallado en la intercepción de vuelos comerciales que se habían
alejado de su ruta?, ¿por qué nunca se ha querido investigar a fondo el origen
del dinero que se utilizó para financiar los atentados?, ¿por qué muchas de las
columnas de las Torres Gemelas estaban cortadas en diagonal si se supone que
cedieron ante el peso?.... y así las preguntas suman y siguen, sin que haya una
respuesta clara por parte del gobierno de los Estados Unidos de América. Para quien haya estudiado los datos, lo difícil de creer es la versión oficial. (ver más datos aquí)
Han pasado 11 años sin justicia ni respuestas y los
verdaderos asesinos de miles de inocentes siguen paseándose impunemente entre
nosotros. Y al parecer,
desgraciadamente, lo seguirán haciendo hasta el fin de sus días. Para nadie
sería una novedad, ya que la mayoría de los dictadores de este planeta terminan
sus días tranquilos en sus casas. No fue la excepción para el autor del 11-S
chileno, el dictador Augusto Pinochet que murió de viejo, en su casa rodeado
por sus familiares, ni será la excepción para los criminales del 11-S
norteamericano.
Las consecuencias de ambos 11-S repercuten hasta nuestros
días y lo seguirán haciendo por mucho tiempo. Ya no podemos hacer nada para
cambiar lo ocurrido en esos terribles eventos, ni devolver la vida a los miles
que han muerto en manos de estos mismos asesinos después. Pero si podemos evitar
que vuelva a ocurrir.
Estoy seguro de que habían más operaciones de “bandera falsa”
preparadas después del 11-M en Madrid y del 7-J en Londres. Y si no ocurrieron,
fue porque una gran parte de la población del mundo se remeció despertando de
su letargo, informándose, dudando de las versiones oficiales, buscando y
exigiendo respuestas, y el gobierno en la oscuridad se dio cuenta de que no iba
a ser tan fácil ser los dueños del mundo. Tenían un plan, querían lograr un
nuevo orden mundial en donde existiera un único gobierno supranacional, una
religión y una moneda… y por supuesto todo controlado por ellos. La comunidad
Europea era el inicio, luego vendría un bloque americano, asiático y finalmente
un solo gran estado. Pero no lograron poner al mundo a sus pies. Nos
subestimaron, no nos tragamos sus fantasías y sus planes se vinieron abajo. Según
esto, se podría decir que los vencimos, pero no es así. Solo echamos abajo el plan
“A”…
1 comentario:
buena informacion. gracias (mas)
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