miércoles, 14 de mayo de 2008

SEPARANDO LA PARANOIA DE LOS HECHOS


Las imágenes de lo que ocurrió la mañana del 11 de Septiembre del 2001 no se borrarán jamás de las mentes de los que estaban ese día frente a un televisor. Pudimos presenciar en vivo y en directo el asesinato de miles de personas inocentes en el transcurso de unos pocos minutos. Muchos sentíamos impotencia, tristeza e incluso odio contra aquellos que habían perpetrado este magnicidio. Queríamos saber quien era el culpable, casarlo y hacer justicia. Para la alegría de muchos y asombro de otros tantos, el culpable apareció a las pocas horas. Tenía nombre, apellido y un rostro reconocible. Los nombres “Osama Bin Laden” y “Al-Qaeda” comenzaron a resonar en todos los medios de comunicación y fue repetido una y otra vez por todos los personajes mediáticos del momento.

Por fin teníamos al malvado terrorista, solo había que ir a buscarlo, ¿pero a dónde?. Para mi asombro nuevamente, la respuesta apareció pocas horas más tarde, Afganistán. Pues ya estaba todo claro…. ¡A por él! fue la consigna….. pero…. si Bin Laden sabe que todos sabemos que él esta en Afganistán, obviamente saldrá de ahí antes de que empiece la casería y se esconderá en algún país de los alrededores o más lejos si le es posible. Habría que ser muy estúpido para quedarse en donde todo el mundo sabía que le iban a ir a buscar…. Arrancar es un instinto básico ante una amenaza de la tienes pocas posibilidades de defenderte… al menos ese fue mi razonamiento. Algunos de los terroristas ya habían estado al menos un año antes de los atentados viviendo, trabajando y haciendo cursos de vuelos en Estados Unidos. Para esto, se requería al menos otro año previo de preparación, para desarrollar la idea del atentado y planificar todos los detalles antes de partir, es decir que ya habrían 2 años de preparación como mínimo. Y un cerebro con la genialidad de Bin Laden (para llevar a cabo un plan tan perfecto) y con tantos años para pensar, ¿no iba a preocuparse en las lógicas represalias posteriores?, ¿no habría salido de Afganistán y se hubiera refugiado lejos incluso antes de llevar a cabo los atentados?... o cuando vio que todo el mundo se le echaba encima dijo “¡uups… no había pensado en eso!”…. pues la historia oficial dice que no salió de su cueva, que se quedó hasta que lo tuvieron acorralado y que luego escapó “milagrosamente”.

Esta fue la primera incongruencia que me molestó casi desde los primeros días después del 11-S. Y cuando algo me molesta en una versión oficial sobre lo que sea, pero sobre todo si hay muertos y heridos inocentes de por medio, me gusta indagar y averiguar si hay más piezas que no encajen. Si no hay más piezas, pues entonces deduzco que simplemente fue un mal entendido, desinformación por parte de los medios o un error fruto del azar…. pero esto último no fue lo que ocurrió con el 11-S. Hasta el día de hoy, la lista de incongruencias y negligencias es tan larga que ya no puedo creer que sean el producto de simples malos entendidos o del azar. Mientras más investigo e intento encajar las piezas en el puzzle oficial, más problemas encuentro para hacerlo.

Desde que comencé a investigar este tema, cada cierto tiempo me pregunto si estaré haciendo lo correcto, si estaré siendo paranoico, si estaré buscando conspiraciones donde no las hay, si debiera seguir adelante u olvidarme para siempre de esto y vivir una vida sin complicarmela más de lo que ya es. Normalmente actúo bajo el prisma de la lógica, del análisis científico, empírico y no de la simple corazonada o presentimiento. Y para quedarme tranquilo en este aspecto y no sentirme como un perturbado persiguiendo fantasmas, repaso una y otra vez los datos con los que cuento para confirmarme de que lo que investigo es real, que no son estupideces y que no estoy loco. Así es que para mi sanidad mental y la de todos los que estamos detrás de esta verdad, en este blog quiero plasmar todos esos datos que a mi me han servido para seguir adelante, para creer en lo que hago y para creer en mi.

De verdad me gustaría de que todo lo que usted leerá a continuación sobre el 11-S, sean solo lucubraciones paranoicas, teorías conspirativas sin un fundamento real y que al final se demuestre de que todos los que estamos intentando descubrir esta conspiración, estábamos totalmente equivocados y de que siempre lo estuvimos. Preferiría eso a que finalmente se descubra de que tenemos razón y de que las personas a quienes les entregamos la confianza de gobernarnos, estén más interesados en satisfacer su insaciable sed de riquezas y poder, destruyendo nuestras vidas en vez de protegerlas.

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